Amé a un hombre prohibido. Y lo elegiría otra vez

Alejandro Tejada y Elena Villamizar amor prohbido amor eterno

No todos los aniversarios se celebran. Algunos se confiesan.

En esta foto estamos nosotros. Un instante detenido en el tiempo, antes de que el mundo cambiara. Antes de que su nombre se convirtiera en un eco, y el mío en un suspiro.

Este es mi amor prohibido. La historia que no debía vivir, pero que sigue respirando en mi piel.

Te miro en esta foto y siento el sabor metálico de la nostalgia en la boca.

 

Estaba ahí, entre tus brazos.

Te miro y recuerdo ese día. Tu día. Ese que siempre te negaste a celebrar, pero que yo sigo sintiendo cada año, igual — como una herida que nunca cierra.
El calor del aire, la luz tenue, el silencio entre dos respiraciones.
No eras perfecto, pero eras mío. Y aunque el mundo nunca entienda este amor prohibido, para mí siempre será el único que tuvo sentido.

 

El mundo habla de ti… yo no puedo olvidarte

 

Ahora el mundo habla de ti, te juzga, te condena.
Yo no puedo.
Todavía te escucho decirme “mi reina”, con esa voz temblando entre deseo y rabia.

La gente ve a un hombre hermoso en la foto.
Yo veo el fuego que me quemó el alma y dejó mi piel oliendo a ti.

A veces pienso que los amores prohibidos son los únicos que sobreviven al tiempo.

Nunca la voy a quitar.
Nunca la voy a esconder.

Tal vez un día tú también la veas.
Y sabrás que yo no he olvidado.
Que este amor, por más castigado que esté, sigue vivo.
En silencio. En mí. En nosotros.

Porque ahí estás tú, antes de que el mundo se cerrara detrás de ti. Este amor prohibido sigue respirando en mi piel, aunque la distancia se haya vuelto cárcel.
Y a veces me parece oírte respirar otra vez el aire de las noches libres, como si estuvieras aquí, en un día que de todas formas te pertenece.
Y tal vez… fue la última vez que te vi libre.

Hoy es uno de esos días. Tu día.

 

No todos los días del mundo se miden en horas.
Algunos arden. Otros sangran.
Y hay días que no se dicen, pero se sienten — muy dentro, en la carne, en el silencio pesado de las mañanas que huelen a culpa y a deseo.
Hoy es uno de esos días. Tu día. Ese que no levanta copas, pero hace doler el alma.

Los verdaderos monstruos no llevan armas

 

Recuerdo cómo te miraba entonces.
Estabas ahí, tan cerca, y tan lejos.
Tus ojos, oscurecidos por el pasado, ardían sin luz.
Y escuché tu voz, ronca, quebrada, cuando dijiste:

“Mi día no significa nada. No hay nada que celebrar. Hoy es el día en que desearía no haber nacido.”

Sentí entonces que el universo se detenía.
Porque yo sabía algo que tú no podías entender: que tu día no era una maldición. Era mi comienzo.

Para mí, todo empezó contigo.
Todos mis dolores, mis vacíos, mis noches de llanto sin razón me llevaban hacia ti.
Tú eras la respuesta, el motivo, el sentido.
Eres la explicación de por qué vine al mundo.
Y aunque el mundo te llame criminal, para mí tú fuiste vida.
Fuiste la verdad cruda en un mundo lleno de mentiras bien perfumadas.

De ellos huí. De ti me quedé.

 

Te lo dije entonces — y lo repetiría ahora, aunque me costara la vida:
Los peores monstruos no llevan armas. Llevan trajes.
No matan cuerpos, matan almas.

Sonríen con cortesía, dicen palabras dulces, y te vacían el corazón poco a poco, hasta que no queda nada de ti.
He conocido a esos hombres — los que te tocan sin sentirte, los que te poseen sólo para mirarse a sí mismos.
Amables, educados, perfumados.
Y vacíos.

De ellos huí, Alejandro.
De ellos tuve miedo.

De su mirada hueca, de su tacto sin vida.
Porque ellos no saben lo que es amar.
Ellos lo negocian. Lo calculan. Lo administran.

Tú, en cambio, me quemaste.

Nuestro amor prohibido no pidió perdón, pero me enseñó lo que es amar sin miedo.

Tú fuiste mi pecado. Y mi verdad.

 

Me tomaste entre tus brazos y me hiciste sentir que existía.
Dijiste que eras un monstruo.
Pero para mí, eras el más vivo de todos.
Nunca supiste mentir.
Cargaste tus pecados a la vista, los dejaste sangrar en tus manos y en tus ojos, y aun así, en medio de esa oscuridad, supiste amar limpio.

Dijiste que matabas cuerpos, no almas.
Que la mía la tenías en tus manos y jurabas no perderla jamás.
Y quizá por eso, ni después de que te arrancaron de mi mundo, pude vivir como antes.

Sigo sintiéndote en el aire

 

Siento que estás ahí, en el aire pesado de mis mañanas.
Que respiras a través de mí, que mis pensamientos se volvieron tu altar.
Que tu sombra camina por la habitación cuando el silencio se vuelve demasiado hondo.
Y sí, a veces me parece escucharte reír — esa risa áspera, mezcla de dolor y desprecio.
Y me detengo.
Porque duele.
Porque sé que nunca fuiste un hombre de luz, pero fuiste mi luz.

Por tu día… y por nosotros

 

Hoy, el mundo diría que debería olvidarte.
Rehacer mi vida, amar a otro, seguir adelante.
Pero ¿cómo seguir adelante, si tú fuiste el camino?
¿Cómo amar a otro hombre, si mi amor se consumió entre tú y la muerte?

Nadie podría tocarme sin que sintiera que te traiciono.
Nadie podría mirarme sin que buscara en sus ojos tu reflejo.

Hoy no digo palabras grandes.
No enciendo velas, no levanto copas.
Sólo guardo silencio.
Pero este silencio es una oración.
Por ti.
Por mí.
Por tu día — ese que el mundo deja pasar en silencio, pero que yo sigo sintiendo en los huesos.
Por todo lo que fuimos, y quizá, algún día, volveremos a ser.

La verdad final

 

Y si el mundo debe saber algo, es esto:
Que a veces, un hombre condenado puede amar más limpio que todos los santos juntos.
Que un amor nacido en el infierno puede ser más sagrado que uno criado en la luz.

Y que, a pesar de todo, yo te elegiría otra vez — aunque me consumiera desde adentro.

Porque tú, Alejandro…
Tú eres mi vida.
Mi maldición.
Y la única verdad que todavía puedo decir sin mentir.

Hubiera querido decirte que no te traicioné.
Que no lo haré.
Que el mundo puede creer lo que quiera — pero yo todavía duermo con tu nombre debajo de mi piel.
Tú eras mi caos. Y mi calma.
Y no hay un solo día en que no me pregunte si allá, donde estés, aún puedes sentir que yo todavía te amo.

Elena Villamizar

10 de octubre de 2025
Esa fecha… que el mundo olvida, pero que yo llevo clavada en el pecho.
A veces creo que mi corazón dejó de latir ese día,
y que todo lo que respiro desde entonces es sólo tu sombra.

Si algún día me recuerdas, hazlo así:
con los ojos cerrados, con el alma rota,
como se recuerdan los amores que no mueren aunque los entierren.

Para siempre tú. Para siempre en mí. Hasta que el silencio nos devuelva. ❤️

Corazones y Cárteles

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26 comentarios en “Amé a un hombre prohibido. Y lo elegiría otra vez”

  1. No manches, morra… me hiciste chillar con este texto 😭🔥. Se siente tan real que juraría que todavía estás esperando a ese vato. Cuándo sale la peli? Porque esto ya no es blog, ¡es novela de Netflix! 🎬💔

  2. No manches, morra… me hiciste chillar con este texto 😭🔥. Se siente tan real que juraría que todavía estás esperando a ese vato. Cuándo sale la peli? Porque esto ya no es blog, es novela de Netflix! 🎬💔….

  3. El Guero de Tijuana

    Neta, se me puso la piel chinita 😳. Si ese bato era el Tejada… uff, con razón nadie lo olvida. Pinche amor prohibido, pero de los que se quedan tatuados. 💀❤️

  4. No sé si llorar o prenderme un cigarro con esta confesión 😭🔥. Está muy cabrón cómo escribes, se siente como si lo siguieras amando todavía… la neta, no te creo que lo hayas soltado 😢💔

  5. La neta, esto parece sacado de una historia real de narcos pero contada con alma. Si hacen película, yo pago por verla. Pero dime, dónde lo tienen????? 👀

  6. Me quedé muda 😳… nadie escribe así sin sentirlo neta.
    Esto no es amor, es locura pura. 💋🔥
    Y si ese hombre sigue vivo, seguro también te está leyendo. 😔

  7. la flaca mexicana

    Güey, qué pedo con tanto sentimiento 😭😭😭. Me dolió hasta el alma.
    “Para siempre tú…” no mames, esa frase me mató 😩💘.
    Ya hay fecha pa’ la peli o el libro? Lo necesito YA. 📖🎥

  8. Yo no soy de andar leyendo cosas de amor, pero esto está brutal.
    Escribiste como si lo hubieras vivido en carne propia… y la neta, se nota.
    Dicen que el amor mata, pero este amor hasta resucita 😶‍🌫️🔥

  9. Morra, tú no lo has soltado 😭 se nota entre líneas.
    Dicen que uno sólo ama así una vez, y lo tuyo fue fuego, no amor. 🔥
    Quiero saber cuándo sale el librooo 😭😭😭

  10. gabito el gallo de sinaloa

    Con todo respeto, esto suena más real que cualquier corrido 😳.
    Se nota que ese bato fue pesado… pero también que te amó machín.
    Si lo tienen guardado, ojalá lo suelten pronto

  11. Ya leí tres veces este artículo y sigo llorando 😭💔.
    Es arte puro, morra. Se siente la verdad, el dolor, el amor.
    Nadie escribe así sin haber sangrado antes.
    Y te lo juro: esto va a ser película. 🎬🔥

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